“El tiempo es oro”. Refranero español.
“La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata”. Mahatma Ghandi.
Si el tiempo y la salud son oro, y sin querer ni de lejos compararnos con una figura como Ghandi o aportar un nuevo dicho al sabio y rico refranero español, podemos aportar otro refrán, aunque sólo sea para presentar este post.
“El tiempo en la salud es oro al cuadrado”.
El mundo actual transcurre a toda velocidad y la revolución tecnológica en la que estamos inmersos está contribuyendo, pese a sus numerosos fallos, a que podamos ahorrar tiempo y ganar en comodidad. Por supuesto, cuando la salud (o la falta de ella) es la protagonista, cobra aún más importancia la necesidad de atención médica. Tener una atención eficaz, asequible, temprana e incluso inmediata (sin perder la necesaria cercanía entre los profesionales sanitarios y los pacientes) es una de las demandas del consumidor hoy en día. Porque la salud no puede esperar.
Esa es la razón de ser de la digitalización en los seguros de salud, que al igual que en otros ámbitos avanza a pasos agigantados y ayuda a ofrecer un mejor servicio. Sin poder pronosticar lo que sucederá mañana, ya que lo novedoso hoy puede quedar obsoleto en dos días, hasta el momento la transformación digital parece resultar tan eficaz como eficiente, tanto a nivel global como en el sector asegurador. ¿De qué manera influye en el ámbito de los seguros de salud? Vamos a verlo.
La transformación digital en el sector
La falta de tiempo actual se ha convertido en un problema importante a día de hoy, tanto que cada vez más personas aplazaban o suspendían sus necesarias visitas al médico debido a esta cuestión. Una situación peligrosa para muchos pacientes, que han pagado con su propia salud esa escasez de tiempo vital, y que se ha sumado al problema de las largas esperas que a menudo deben afrontar los ciudadanos antes de ser atendidos en la salud pública.
Muchas aseguradoras de salud han sabido hacer de la necesidad virtud y han ampliado su oferta ofreciendo un servicio cada vez más digitalizado. ¿De qué manera? Proporcionando asistencia médica a través de los dispositivos electrónicos, bien sean los omnipresentes smartphones, las tabletas o los ordenadores.
Por ello, muchas compañías cuentan ya con aplicaciones propias para la realización de consultas online, que están ganando mucha presencia en la actualidad. No para sustituir a las consultas presenciales (pues ni mucho menos toda enfermedad o dolencia se puede resolver a distancia), sino para complementarlas. En ese sentido hay que tener muy presentes, como usuarios, que no debemos caer en el error de considerar que todo se puede resolver online.
Más allá de eso, la digitalización en el sector sanitario también ofrece otras importantes ventajas al cliente. Por ejemplo, la reserva de cita médica, la autorización de ciertas pruebas médicas, etc. que suele realizarse así de una manera más cómoda y rápida que telefónica o presencialmente.
Gracias a estos servicios, el usuario obtiene un mayor control tanto de su salud como de la atención sanitaria que recibe. Y las compañías trabajan cada vez más pensando en los nativos digitales -que por pura ley de vida cada vez son más-, aunque tampoco deberían dejar de lado a los menos habituados a manejarse con las nuevas tecnologías, como la Tercera Edad.
Los dispositivos móviles, esenciales
Para entender este proceso de digitalización hay que tener en cuenta que los dispositivos móviles son los protagonistas. A ellos se destinan una gran cantidad de aplicaciones lanzadas por las compañías, o se realizan adaptaciones de las webs de las aseguradoras. El concepto de autogestión es otra de las claves, puesto que el cliente cada vez tiene más en su mano -nunca mejor dicho- la demanda de información y asistencia médica.
Como toda revolución cuenta con una cara A y otra B, el riesgo que se corre en este mundo global es la temida pérdida de privacidad de los datos médicos de los pacientes, un riesgo en el que las empresas de ciberseguridad trabajan a diario con el fin de, si no atajarlo, por lo menos minimizarlo al máximo.
En todo cambio suele existir una parte buena y otra mala, y la digitalización de los seguros de salud no es una excepción. Sin embargo, no podemos negar dos realidades: que la transformación es inevitable y que parece deparar más ventajas que inconvenientes. El tiempo, siempre el tiempo, tendrá la respuesta.