Más de 23.000 incendios domésticos en solo un año
Un estudio revela que 2017 se saldó con 212 fallecidos en España a causa de incendios o explosiones
Hace unos días los medios se hacían eco del trágico incendio sucedido en un bloque de pisos de Badalona. El fuego ascendió imparable desde la primera hasta la octava planta por culpa del llamado “efecto chimenea”. Se originó el caos y cundió el pánico, algunos vecinos, desesperados, optaron por precipitarse, otros esperaban asomados en los balcones y ventanas a ser rescatados. Aunque los bomberos hicieron todo lo que estuvo en sus manos, fallecieron tres personas y otras 29 resultaron heridas.
Lamentablemente, no se trata de un caso aislado. Así lo confirmaban los resultados del estudio Víctimas de incendios en España 2017, que presentaron la Fundación MAPFRE y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) poco antes de acabar el año. A falta de las cifras de 2018, podemos afirmar que estas son las peores recogidas en los últimos 12 años.
Dicho estudio refleja que 2017 se saldó con 212 muertes por incendio o explosión, 144 de éstas fueron en incendios domésticos. Hubo más de 23.000 incendios ocurridos en viviendas y una media diaria de 63 fuegos en el hogar. Además, se extrae que la población anciana es la más vulnerable ya que un 50% de las víctimas eran personas mayores.
Invierno es una mala época y las cifras son desalentadoras. La mayoría de incendios se producen durante los seis meses más fríos del año (de octubre a marzo). Tan solo en el mes de enero se registraron 33 víctimas mortales. Así pues, existe una necesidad real de aumentar la concienciación y las campañas de prevención antes de esas fechas. Se hace más evidente aún si tenemos en cuenta que los incendios con víctimas mortales fueron ocasionados principalmente por causas eléctricas (un 18%) y por aparatos productores de calor, como radiadores o braseros (un 15%).
Cuidado con fumar dentro de casa, sobrecargar los enchufes con ladrones, encender velas o despistarse en la cocina. Parece obvio pero siguen siendo estos los motivos más comunes que originan los incendios domésticos. Un 21’5% empiezan en el salón, seguido por el dormitorio con un 18’1% y la cocina, en la que se inician el 7’6% de los fuegos. Estos datos son relevantes a la hora de saber dónde instalar los detectores de humos, unos aparatos más económicos de lo que creemos y que pueden salvar muchas vidas.
Por otra lado, si por desgracia nos toca vernos en alguna situación de estas características, más vale que estemos cubiertos ante las posibles pérdidas y daños. Lo más sensato sería tener contratado un seguro de hogar con las pertinentes coberturas que nos protejan de cortes eléctricos, incendios, robos, inundaciones, roturas de cristales, etc.